Al considerar que el relleno de las cajas podía ser un inconveniente a la hora de crear los puntos de venta en los comercios, nos planteamos la posibilidad de sustituirlo por grafismos, pero vimos que esto vulgarizaba la idea (se han hecho ya muchos grafismos de piedras, cañas y demás). Consideramos que la única representación gráfica que no perdía entidad era la del agua y más si la apoyábamos con proyecciones que sugirieran movimiento y sonidos reales de agua (mar, lluvia, etc). Además de esta forma trabajaríamos con el elemento de la naturaleza más apropiado para presentar grifos. Así convertimos la idea del laberinto vegetal en una especie de laberinto sumergido, un laberinto de cuyas paredes de supuesta agua contenida saldrían los diferentes grifos Grohe.

Además, el laberinto es un símbolo milenario que aparece desde tiempos prehistóricos hasta la actualidad en muy diversas manifestaciones culturales y sociales. Es también un mito para ser interpretado y su significado va mas allá de la simple forma. Concretamente es un espacio paisajístico o arquitectónico, pero su gran atractivo está en su misterio que radica en que es un lugar imaginario, mental; es un concepto, una imagen que nos sirve para construir una vez más un escenario original para presentar con contundencia el producto Grohe.