Buceando en sus 70 años de antigüedad, en un ejercicio de arqueología exploratoria, hemos recuperado viejos moldes en desuso para utilizarlos como elemento constructivo con los que creamos el mostrador de acceso.
Fragmentos de pies o manos, de animales, de flores, alas de ángel, rostros pueriles, la cola de un caballo o la empuñadura de una espada, se descubren cuando nos acercamos, y ofrecen además una lectura táctil.
Con ello se pone de relieve la huella que ha dejado la labor artesana de esta firma con el paso del tiempo, su esencia y todo un universo mágico singular siempre en evolución.
En el propio mostrador integramos lo que hemos llamado “mini-escenarios sensoriales”, vitrinas de pequeño formato que muestran productos de joyería o pequeños elementos decorativos de porcelana combinados con proyecciones interactivas que varían cuando el visitante acerca su mano.
Sobre el mostrador se instalan las luminarias de sobremesa Ice Cream, exhibiendo así la utilidad del propio producto Lladró.
Tras esta área de bienvenida toma protagonismo el volumen central, al que hemos denominado “Galería Lladró Experience”. Las aberturas laterales permiten acceder a la exposición de producto distribuido según cuatro categorías esenciales:
New concept
Light and scent
Lighting
Heritage
Diseñamos una coreografía lumínica que dinamiza cada sub-área. La luz se proyecta alternativamente sobre los objetos expuestos para dirigir la mirada del visitante, incidiendo sobre aquello que nos interesa destacar.
El volumen posterior integra el área de servicios y almacén, así como una sala de reuniones privada.
Cromáticamente se apuesta por el predominio un verde claro en combinación con un rosa salmón, combinación de referencia en sus nuevas concept store.