Dado que la Feria del Mueble forma ya parte de la memoria colectiva de los valencianos, nos pareció conveniente plantear el proyecto a partir de un diálogo entre la ciudad de Valencia y la creación contemporánea. Para ello trazamos un alfabeto a base de códigos universales que tienen que ver con la ciudad, con la creación, pero también con el fascinante mundo de la noche. Buscábamos un tema con la suficiente fuerza escenográfica que fuera capaz de situarse por encima de modas y tendencias, capaz de aglutinar los diferentes estilos de muebles y objetos que teníamos que presentar. Todo ello nos llevó a desarrollar un proyecto que recreaba la idea del “infierno”. Un infierno peculiar, provocador, divertido; con referencias constantes a la arquitectura de esta ciudad y al paisaje urbano.