Los colores utilizados han sido elegidos con la intención de mimetizar con el entorno, se trata de dos tonos de beige/arena inspirados en el colorido que más abunda entre las fachadas de Russafa, combinados con un color asfalto para crear contraste y que la terraza resulte vistosa.
Aunque lo más llamativo son las formas de sus asientos que a la vista ya transmiten la comodidad que verdaderamente poseen, tanto por las proporciones como por los materiales utilizados, son asientos "blanditos" en su totalidad, lo que hace que sean no sólo cómodos, sino además completamente inofensivos tanto para los que se sientan como para los viandantes. "Pensamos mucho en esto, ya que en el barrio hay también muchas personas mayores, queríamos alejarnos de materiales que resultan fríos y duros (bastante duro es ya el asfalto, deberían peatonalizarse más zonas del barrio). Y parece que lo conseguimos, ya que los primeros que se sentaron a tomar algo fue una pareja de ancianos vecinos del propio edificio."

Acompañamos el entorno con una selección de plantas mediterráneas para crear una pequeña separación entre los coches y las personas que allí se sientan. En esta selección predomina el romero como una de las que mejor compensa los olores no deseados, que son los que desprenden los vehículos.

Una galería de arte, un estudio de diseño o de arquitectura, una herboristería, una academia de danza, el mercado, los colegios, el videoclub de Dani, los bares con su terrazas... Todos contribuyen a hacer ese dibujo de Russafa que proporciona una imagen de Valencia cercana y amable, todos forman parte del zócalo urbano de este barrio, que afortunadamente rescatamos de las garras de la especulación, y que fuimos levantando poquito a poco y entre todos los que lo habitamos.